La hipoacusia, también conocida como pérdida de audición, es una condición que se refiere a la disminución o ausencia de la capacidad para oír sonidos. Esta pérdida auditiva puede ser parcial o total, y se puede manifestar de diversas formas, afectando de manera diferente a cada persona. Las causas de la hipoacusia son variadas, e incluyen exposición a ruidos fuertes, enfermedades (como infecciones del oído), enfermedades genéticas que predisponen a la pérdida de audición, traumatismos y, en muchos casos, el envejecimiento.
Las personas con hipoacusia pueden experimentar dificultades para mantener conversaciones, especialmente en entornos ruidosos, lo que afecta su vida diaria y su bienestar social. Esta condición puede impactar negativamente la calidad de vida si no se detecta y trata a tiempo, pues la pérdida auditiva también puede llevar a la ansiedad, depresión y aislamiento social.
¿Cuáles son los síntomas de la hipoacusia?
- Dificultad para seguir o entender conversaciones, especialmente en ambientes ruidosos o cuando varias personas hablan a la vez. Las personas con hipoacusia pueden tener problemas para seguir una charla en lugares con mucho ruido, como en restaurantes o reuniones.
- Sonidos apagados o distorsionados. Las personas afectadas suelen notar que los sonidos, incluidas las voces, se sienten lejanos o incompletos. Pueden oír, pero no comprender con claridad lo que se dice.
- Aumento del volumen en dispositivos. Las personas con hipoacusia suelen subir el volumen de la televisión, la radio o el teléfono para entender mejor, lo que puede molestar a quienes están cerca.
- Tinnitus o zumbidos en los oídos, es un síntoma común en personas con pérdida auditiva y su frecuencia e intensidad pueden variar ampliamente.
- Problemas de equilibrio. En algunos casos, el daño en el oído interno, que también regula el equilibrio, puede causar mareos o sensación de inestabilidad.
Si experimenta alguno de estos síntomas, es importante consultar a un profesional para una evaluación auditiva. Cuanto antes se detecte la hipoacusia, mayores serán las posibilidades de tratamiento efectivo.
Tratamientos para la hipoacusia
El tratamiento de la hipoacusia depende de la causa y del grado de la pérdida auditiva. Existen varias opciones disponibles que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta condición:
Audífonos: Los audífonos son una de las opciones más comunes para quienes sufren de hipoacusia leve o moderada. Estos dispositivos amplifican los sonidos para facilitar la audición. Los audífonos pueden ser retroauriculares (colocados detrás de la oreja) o intrauriculares (dentro del canal auditivo). Los avances tecnológicos han permitido que los audífonos sean cada vez más pequeños y eficaces.
Implantes cocleares: Para quienes sufren de pérdida auditiva severa o profunda, los implantes cocleares son una opción más avanzada. Este dispositivo electrónico se implanta quirúrgicamente en el oído interno y convierte los sonidos en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar. Es útil especialmente para personas con daño grave en el oído interno o en el nervio auditivo, que no se benefician de los audífonos tradicionales.
Cirugía: En algunos casos, la hipoacusia es causada por problemas en el oído medio, como bloqueos de los huesecillos o acumulación de líquido. En estos casos, la cirugía puede ser útil para restaurar la capacidad auditiva. La cirugía también puede ser una opción para corregir afecciones como la otosclerosis o los problemas de la membrana timpánica.
Rehabilitación auditiva: Este tratamiento está dirigido a ayudar a las personas con pérdida auditiva a adaptarse a su nueva situación. La rehabilitación incluye terapia auditiva y técnicas de lectura labial que pueden mejorar la comunicación. También enseña a las personas a utilizar sus audífonos o implantes de manera más eficaz y a adaptarse a las nuevas formas de oír.

Tratamiento médico: Si la hipoacusia es causada por una infección o enfermedad específica, como una infección del oído o la otitis media, el tratamiento puede incluir antibióticos o antivirales. En algunos casos, los esteroides pueden ser utilizados para reducir la inflamación y mejorar la audición.
¿Cuáles son los niveles de hipoacusia?
La hipoacusia se clasifica en diferentes niveles según su gravedad, lo que ayuda a determinar el tipo de tratamiento necesario. Estos niveles incluyen:
- Hipoacusia leve: En este caso, la persona tiene dificultad para oír sonidos suaves, como susurros. Las personas con hipoacusia leve pueden no tener problemas graves para comunicarse en situaciones cotidianas, pero pueden necesitar audífonos para mejorar la audición.
- Hipoacusia moderada: Las personas con hipoacusia moderada tienen dificultades para seguir o entender conversaciones de dos o más personas y suelen requerir audífonos para poder participar activamente en la comunicación.
- Hipoacusia severa: Aquellas personas con pérdida auditiva severa solo pueden oír sonidos muy fuertes. Los audífonos potentes o los implantes cocleares suelen ser necesarios en estos casos.
- Hipoacusia profunda: En este nivel, la pérdida auditiva es casi total, y las personas afectadas no pueden oír casi nada, ni siquiera los sonidos fuertes. Los implantes cocleares son la opción más común para restaurar la capacidad auditiva.
¿Se puede prevenir la hipoacusia?

Si bien no todas las causas de la hipoacusia son prevenibles, existen varias medidas que pueden reducir el riesgo de padecerla. La exposición prolongada a ruidos fuertes es una de las principales causas de la pérdida auditiva, por lo que proteger los oídos es fundamental. Usar tapones o auriculares con cancelación de ruido en ambientes ruidosos puede prevenir el daño auditivo.
También se recomienda mantener el volumen bajo cuando se usan auriculares y limitar el tiempo de exposición a ruidos fuertes. Si trabaja en un entorno ruidoso, es importante usar protección auditiva adecuada, como casco o tapones a medida para proteger los oídos y la audición.
Además, es importante realizar revisiones auditivas regulares para detectar cualquier problema de audición de manera temprana. La detección temprana puede mejorar las opciones de tratamiento y permitir un mejor manejo de la condición.
Otro consejo importante es evitar el uso de medicamentos ototóxicos sin la supervisión adecuada. Algunos medicamentos pueden afectar la audición, por lo que siempre deben tomarse bajo prescripción o indicación médica.